• ¿Cuándo tienes que decidir entre varias posibilidades, puedes elegir con facilidad?
• ¿Después de tomar una decisión, sigues preocupado pensando que quizás no fue la decisión adecuada?
• ¿El tener que decidir, te mantiene despierto durante la noche?
• ¿Eres o te has vuelto indeciso? Si la falta de capacidad para decidir se vuelve algo habitual e interfiere palpablemente en tu día a día, es hora de tomar cartas en el asunto.
Indecisión, falta de confianza ¿Qué hacer al respecto? |
La falta de confianza en nosotros mismos.
Ésta puede ser:
- Momentánea, debido a los problemas que estamos viviendo o
- General, causada por una baja autoestima.
Temor al fracaso
Ya sea:
- Por lo que el fracaso significa para la persona o
- Por la pérdida real que implica.
- Miedo al cambio.
- Falta de capacidad para tomar decisiones.
- Falta de conocimiento de uno mismo, para determinar realmente lo que se desea y con qué habilidades se cuenta para lograrlo.
- Perfeccionismo.
A nivel específico, encontramos que la indecisión puede estar causada por:
Dudas respecto a:
Los resultados esperados,
- Las técnicas y medios disponibles para alcanzar dichos resultados.
- Los recursos con los que se cuenta,
- El tiempo del que se dispone,
- Poca información en relación a los aspectos relacionados con el problema o la situación en sí.
- Considerar que el momento no es el adecuado para tomar una decisión y llevar a cabo un cambio.
- Demasiadas opciones.
- La importancia de la decisión.
- Emociones muy intensas, causadas por la situación que se está viviendo.
En ocasiones, cuando nos cuesta trabajo decidir, pensamos que si no decidimos, no pasa nada. Pero la realidad es que si no decidimos nosotros, otros lo hacen o decide la vida por nosotros y de todos modos nos vamos a enfrentar a las consecuencias de dicha decisión, con la diferencia de que no vamos a estar preparados, ni es algo que nosotros elegimos.
Además, no decidir es ya una elección e implica una responsabilidad y aceptar las consecuencias que el no decidir nos va a provocar.
Cuando podemos no elegir y mantener una situación tal cual, el precio que pagamos es la inmovilidad, una sensación constante de malestar y vacío interno, descontento con nosotros mismos por nuestra indecisión y frustración constante por vivir una situación que no deseamos.
¿POR QUÉ NOS CUESTA TOMAR DECISIONES?
¿Porque nos cuesta decidir? Muchas veces es por miedo al fracasoo falta de confianza. |
EN LA MAYORÍA DE OCASIONES, LA COMBINACIÓN DE LOS SIGUIENTES FACTORES ESTÁ IMPLICADA EN NUESTRAS INDECISIONES:
• Miedo al fracaso: existen personas que no se permiten el más mínimo error y consideran que siempre deben ser competentes en todo lo que hacen. Por eso, sus decisiones deben ser perfectas.
• No saber ver varias alternativas: las cosas no son “a” o “b” ni blancas o negras. Sin embargo, hay personas que no ven más allá de las primeras opciones que se les vienen a la cabeza, por eso, nada les convence.• Falta de confianza en tus habilidades para resolver problemas: algunas personas entran en bucle. Es decir, una vez que han tomado una decisión vuelven a atrás y comienzan de nuevo todo el proceso para volver a elegir, entrando en un bucle infinitivo asociado con importantes niveles de malestar emocional.
Algunos estudios sostienen que si bien este tipo de personas tienen buenas habilidades para solucionar problemas, lo cierto es que no confían en dichas capacidades, no se lo creen. Este hecho se asocia a un bajo nivel de autoestima.
• Estilos educativos dictatoriales: el modelo paternal autoritario hace que los hijos no reciban un entrenamiento para tomar decisiones a lo largo de su desarrollo personal, por lo que llegan a su vida adulta sin saber decidir. Esto es porque han aprendido a que las cosas ya están decididas por otros.
• Dependencia de otras personas: puede ser debido a lo anterior o bien al polo opuesto, es decir, a un estilo educativo sobre protector donde otros se preocupaban en exceso por facilitarte la vida.
• Estilo evitativo de afrontamiento del malestar: algunas personas rechazan tomar decisiones porque se niegan a aceptar el malestar que puede llevar implícita dicha tarea. De esta manera a corto plazo reducen su malestar, pero a la larga, éste es mayor y además no adquieren herramientas para solucionar los problemas de manera eficaz.
• Falta de madurez: a veces se fantasea con la situación ideal aún sabiendo que no la llevarías a cabo, no tomando las riendas de la situación y cayendo en un infantilísmo en las decisiones tomadas.
TRATAMIENTO DE LA INDECISIÓN
No intentes complacer a nadie, valora tus sentimientos y preferencias. |
De acuerdo a las causas descritas con anterioridad, analiza cuál o cuáles pueden ser las que te impiden o dificultan a ti, tomar las decisiones adecuadas. Si la falta de capacidad para decidir se vuelve algo habitual e interfiere palpablemente en tu día a día, es hora de tomar cartas en el asunto.
• Da valor a tus sentimientos y preferencias
Hay personas que se sienten inseguras e incómodas cuando encuentran a alguien que prefiere algo distinto. Si a ti te gusta el helado de chocolate, ¿vas a estar tomándolo siempre de fresa sólo porque otro te convenza de que es lo mejor? No, ¿verdad?
• No intentes complacer a nadie
Elijas lo que elijas, habrá quien lo vea bien y quien lo vea fatal. Si has de elegir, hazlo por ti, porque estés convencido de tu opción. Eres más libre, tanto si te equivocas como si aciertas.
• No hacer nada también es una decisión
Puede ser válida en unas situaciones o salirte cara en otras, pero por el simple hecho de permanecer parado ya estás decidiendo.
En el caso de verse envuelto en un dilema (decidir entre “A” o “B”, sin saber cuál es mejor), quedarse quieto puede acarrear que pierdas ambas opciones. Tenlo presente.
• Establece criterios personales
Como son extrictamente “personales”, sólo dependen de ti, de tus principios y de tus objetivos. ¿Qué opción se acerca más a ellos?
Ejemplos: ¿Que te interesa perder peso? Vé al gimnasio por la mañana. ¿Qué no? Levántate más tarde. ¿Que el gimnasio es muy caro? Haz ejercicio en casa. ¿Que en casa no te relacionas? Llama a alguien para hacer footing.
Quizás lo anterior te parezca algo trivial. Sin embargo, tener la capacidad de decidir en las pequeñas cosas favorece que no estemos tan perdidos cuando nos veamos en la tesitura de tomar una decisión más difícil.
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