En nuestra actualidad es frecuente que se hable sobre temas relacionados
a la imagen corporal, el concepto que nos formamos de cómo debe de ser nuestro
cuerpo, de cómo nos podemos sentir por nuestro cuerpo.
Pero poco sabemos de cómo es que se llega a formar este concepto,
y menos que este podría ponernos en riesgo para desarrollar distintas
problemáticas en el manejo de nuestra alimentación hasta desarrollar un trastorno
de conducta alimentaria.
Empecemos por comprender que la imagen corporal es la
representación mental del cuerpo, la cual se forma durante la niñez, y es en la
adolescencia donde resulta un elemento trascendental para el desarrollo psicosocial de la
personal.
Es relevante comprender 3 aspectos que van en un constante
cambio e interacción:
- Componente perceptual: Como una percibe el tamaño del cuerpo
- Componente cognitivo afectivo: Como uno se siente, que actitudes y valoración que despierta o algún aspecto de la aparencial física.
- Componente conductual: Son las conductas que ejecuta a causa de esta percepción y los sentimientos relacionados al cuerpo.
Es así que estos componentes pueden llegar a alterarse y
presentarse patología como la sobre estimación o subestimación del tamaño
corporal o de partes especificas del cuerpo, creencias irracionales y
sentimientos negativos como la vergüenza, malestar, ansiedad o expectativas
irreales de la apariencia. Así también como cambios de hábitos alimentarios,
mirarse constantemente al espejo, evitar personas o eventos sociales, hacer
ejercicios excesivos, restringirse las comidas, etc.
Las personas con problemas de la imagen corporal, más que
tener problemas con su cuerpo real, los
tienen con su cuerpo imaginario y este se convierte en el valor más
importante, lo que conduce a las características psicopatológicas de los
trastornos de conducta alimentaria, como deseo sobre valorado y obsesivo de la
delgadez extrema y pánico a engordar.
Es por ello que acuden a conductas dañinas y extremas como
dejar de comer, saltarse las comidas, usar laxantes para bajar de peso,
vomitar, hacer ejercicios excesivos por horas, exponerse a temperaturas
extremas como usar gran cantidad de prendas (para sudar) o bañarse con agua
fría, etc.
Debido a que ya existe una alteración patológica severa, la
cual va acompañada de pensamientos obsesivos y recurrentes es importante pedir
el apoyo necesario, acudiendo en primera instancia a fuentes confiables y el
soporte familiar, todo esto para poder evitar que este problema se extienda y
se vuelva cónico, es necesario buscar la ayuda de un especialista, que nos
pueda guiar a entender mejor en que consiste esta distorsión de la imagen
corporal ya poder enfrentarla.
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